lunes, 11 de septiembre de 2017

¡Alto a las amenazas de muerte contra Edwin Molina! Hablan de paz y nos amenazan de muerte



En plena semana por la paz, un día antes de la visita del papa, mientras se celebraban conciertos por la “nueva Colombia”, mientras todos nos hablan de reconciliación, el antidemocrático y criminal régimen colombiano nos muestra su verdadera cara. Amenazan de muerte a Edwin Molina, dirigente sindical de Sinaltrainal Cartagena y militante del Partido Socialista de los Trabajadores.

En la mañana del 5 de septiembre la secretaria del sindicato atendió una llamada anónima en la que le dicen: “Dígale a Edwin Molina que lo vamos a matar… y a ti y a todos los que están allí también los vamos a matar… cuídense”.

Para el Partido Socialista de los Trabajadores esto es inaceptable. Es una amenaza y un acto de violencia política contra nuestro partido y contra el conjunto de la clase trabajadora, en especial la cartagenera que se ha caracterizado por su combatividad. Nos resistimos a naturalizar las amenazas y acostumbrarnos, a pesar de que estas amenazas contra líderes sindicales en Colombia son cotidianas, a pesar de que la muerte es la constante ―cerca de un líder social o político asesinado por semana―, a pesar de que nos insisten en que estamos ante una apertura democrática gracias a los acuerdos de paz.

Denunciamos ante la opinión pública nacional e internacional que en el gobierno del nobel de paz, en vísperas de la visita del papa, proclamada por todos, incluida la mayor parte de la izquierda, como un hito de la reconciliación nacional, los dirigentes sindicales y sociales siguen siendo asesinados y amenazados. La visita del papa no tiene otro objetivo que “bendecir” los acuerdos de paz y darle pleno respaldo a Santos y sus planes y para convencer a sus fieles de que hay que creer y confiar en la Paz del gobierno y el imperialismo. Para convencer a los trabajadores y campesinos pobres que ven con desconfianza cómo mientras les hablan de paz, el gobierno y los empresarios, los dejan sin trabajo, les suben los impuestos, los servicios y el transporte. Queremos que lo sepan todos los trabajadores del mundo, para los trabajadores y pobres no existe ninguna paz en Colombia. Si bien presenciamos la desmovilización de la guerrilla de las FARC  y posiblemente la del ELN y lo que queda del EPL; lo que realmente significan  es un gran acuerdo para que se integren al régimen burgués mientras que el pueblo sigue con hambre, sin salud ni educación, carece de las mínimas libertades democráticas, es reprimido sistemáticamente y lo más grave: sus dirigentes y activistas signen siendo amenazados y asesinados.

Mientras las FARC dejan de ejercer control en los territorios en que tenían presencia, el paramilitarismo y los ejércitos privados siguen actuando impunemente, no solamente usufructuando negocios ilegales sino continuando con la guerra sucia contra quien se atreva a luchar por los derechos de los trabajadores, campesinos, indígenas y la población pobre. Los intereses de terratenientes y empresarios del campo y la ciudad siguen siendo resguardados por las bandas de asesinos a sueldo.

Por eso proponemos a la nueva FARC, a toda la izquierda y al movimiento sindical,  la más amplia unidad de acción para frenar los asesinatos y las amenazas, unidad de acción por amplias libertades democráticas que garanticen el derechos a la organización, a la protesta y a la participación en política para todas las organizaciones obreras (sindicales y políticas) y populares.

No es posible confiar en las palabras de paz del gobierno aliado del imperialismo y de las empresas que financian a los asesinos. De 2016 a 2017, según la defensoría del Pueblo Han sido asesinadas 186 personas por motivos políticos, y las amenazas suman más de 500. De estos dirigentes y activistas amenazados y asesinados un número importante están directa o indirectamente relacionados con las FARC o las otras organizaciones guerrilleras en proceso de desmovilización. Esto no solo cuestiona las garantías a la vida y el libre ejercicio de la política para los desmovilizados, como ya sucedió con el genocidio contra la UP hace tres décadas, sino que significa el ataque al conjunto de las organizaciones que defendemos los derechos de los trabajadores y el pueblo explotado.

Durante años los asesinos tildaron a sus víctimas de guerrilleros. Ahora que las FARC se han desmovilizado, el ELN ha firmado el cese bilateral del fuego, las excusas cínicas y falaces se acaban, no existe –ni ha existido-- razón ni justificación alguna para el amedrentamiento y el asesinado a quienes luchamos, por eso las rechazamos y combatimos. Ya no pueden seguir diciendo que todos los luchadores son guerrilleros.
No nos cabe duda que aunque se trata de un anónimo, esta amenaza contra Edwin Molina a quien pretende beneficiar es únicamente la patronal cartagenera, que persigue a los sindicalistas, puesto que Edwin dedica su vida a luchar por los derechos de los trabajadores, y eso no lo perdonan ni la patronal ni el gobierno. Edwin Molina es parte de la lista de candidatos obreros y socialistas que presentaremos en las elecciones presidenciales y legislativas de 2018 y exigimos garantías para su participación.

La política de unidad “por la paz” con los explotadores, el gobierno y sus candidatos, llevará a la derrota a los trabajadores. Para los pobres y la clase trabajadora no habrá paz mientras el poder siga en manos de un puñado de explotadores corruptos y asesinos. La confianza en el papa, como representante de una de las instituciones más reaccionarias de la historia como es la Iglesia Católica, es un engaño porque pretende que esa confianza de los fieles, sobre todo de los trabajadores, sea trasladada y endosada al gobierno de Santos.

Los trabajadores y los pobres podemos y debemos confiar solo en nuestras propias fuerzas. Por lo anterior llamamos a todas las organizaciones políticas de izquierda, a las organizaciones sindicales y populares, a que nos unamos por la defensa de los derechos y contra las amenazas de muerte, los asesinatos de líderes sindicales y sociales, con la movilización y la lucha, paralizando las ganancias de quienes se benefician con el amedrentamiento y el desangre.

¡No más amenazas, no más asesinatos!
¡Contra las amenazas y asesinatos: Paro Nacional!