sábado, 4 de febrero de 2017

EL GERENTE GENERAL DEL BANCO DE LA REPÚBLICA, JUAN JOSÉ ECHAVARRÍA, PRESENTA: “INFORME DE POLÍTICA MONETARIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS”

GERENTE GENERAL DEL BANCO DE LA REPÚBLICA
 JUAN JOSÉ ECHAVARRÍA
En diciembre la inflación anual siguió descendiendo, pero su nivel y expectativas, así como las medidas de inflación básica, superan el rango-meta del 2 al 4%. En efecto, al final de 2016 la inflación anual se redujo por quinto mes consecutivo y se situó en 5,75%. La desaceleración del IPC de alimentos continuó, aunque en diciembre fue algo más lenta que lo esperado. Por su parte, los precios de los bienes y servicios más impactados por la fuerte depreciación nominal pasada continúan registrando incrementos más moderados.

Las medidas de inflación básica también se han desacelerado, aunque a un ritmo más lento que la inflación total. El promedio de estas medidas, que en 2016 alcanzó su mayor nivel en julio (6,61%), descendió y se situó en diciembre en 5,6%. Algunas de las medidas de expectativas de inflación aumentaron y todas superan el rango-meta del 2 al 4%: la de los analistas a un año se situó en 4,25%; las que se derivan de los papeles de deuda pública a 2, 3 y 5 años se incrementaron y se sitúan entre 3,8% y 4,8%.

Cabe esperar que los efectos de los fuertes choques transitorios de oferta (El Niño y la depreciación nominal) que desviaron la inflación de la meta se sigan diluyendo. Lo anterior, junto con las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento, debería de conducir la inflación al rango meta en 2017.  

2. CRECIMIENTO

Las nuevas cifras de actividad económica para el cuarto trimestre de 2016 indican que el crecimiento económico habría sido bajo, aunque algo mayor que el registrado en el tercero. Con esto, el equipo técnico redujo la estimación de crecimiento más probable del producto para todo 2016, desde 2% a 1,8%, contenida en un rango entre 1,6% y 2%. Para el mismo año los nuevos datos de comercio exterior sugieren que el déficit en la cuenta corriente habría sido algo menor que el proyectado un trimestre atrás, y se habría situado entre 4,3% y 4,7% del PIB, con 4,5% como cifra más probable.

Para 2017 se espera una recuperación de la demanda externa y de los términos de intercambio del país, en un entorno de comercio mundial con alta incertidumbre. La dinámica de la demanda interna seguiría débil, aunque algo mejor que la registrada en 2016, debido principalmente al comportamiento de la inversión. Con esto, el equipo técnico del Banco proyecta un crecimiento entre 0,7% y 2,7%, con 2% como cifra más probable; este pronóstico se sitúa en la parte baja del rango proyectado por el mercado.
 
La desaceleración del producto y el menor desbalance externo en 2016, ha sido el reflejo del ajuste requerido en la economía colombiana debido al choque negativo al ingreso nacional que el país viene enfrentando desde mediados de 2014. La estrategia de inflación objetivo de mantener un aumento bajo y estable en los precios al consumidor, con expectativas de inflación ancladas en la meta, es un factor importante que propende por la sostenibilidad del crecimiento económico. Retornar a tasas mayores y sostenibles de crecimiento del PIB per cápita requiere reformas estructurales en la economía, que no solo dependen del Banco de la República sino del Gobierno y los empresarios.

3. BALANCE DE RIESGOS Y DECISIONES DE POLÍTICA MONETARIA

En síntesis, la economía colombiana continúa ajustándose a los fuertes choques registrados desde 2014 y el déficit en la cuenta corriente sigue corrigiéndose. La dinámica del producto ha sido más débil que la proyectada, la inflación se ha desacelerado y los efectos de varios de los choques transitorios de oferta que han afectado la inflación y sus expectativas siguen revirtiéndose y es probable que esta tendencia continúe. No obstante, la reversión de la inflación subyacente ha sido más lenta que la total, y algunas expectativas de inflación aumentaron y todas superan el rango meta del 2 al 4%.

Ante este contexto macroeconómico, existe consenso en la Junta de que, partiendo de un nivel posiblemente contractivo, una tasa de interés de referencia menor podría contribuir a que el producto se sitúe en su tendencia de largo plazo. Sin embargo, la postura de la política monetaria, además de tener en cuenta la debilidad proyectada de la demanda agregada, debe garantizar que la inflación subyacente y las expectativas de aumentos de precios registren una reversión robusta hacia la meta. En este entorno y con la información y pronósticos disponibles, la Junta estima adecuada una senda decreciente de la tasa de interés de referencia. No obstante, la gran incertidumbre que rodea el contexto externo y la evolución futura de las expectativas de inflación y de la actividad económica, dificulta determinar la velocidad de dicha senda.   

Por lo anterior, al evaluar el incremento de las expectativas de inflación, la mayor incertidumbre global y el comportamiento de la demanda interna, la Junta Directiva consideró conveniente mantener inalterada la tasa de interés de referencia a la espera de nueva información.